- El estudio se realizó en las barreras que rodean la isla caribeña de Gran Caimán, en la que se observó un total de 30 especies de peces comunes (2).
- Estos son los resultados del estudio (3):
- “Cuando se analizó la biomasa de los peces más allá del tamaño del cuerpo, la biomasa de las especies que utilizan manglares o praderas marinas como criadero al igual que todas las especies fue significativamente mayor en los lugares cercanos a los criaderos que los sitios aislados de las barreras de coral, independientemente del efecto de la reserva (Fig. 3a…).”
- “El análisis del espectro de tamaño demostró que la respuesta de los individuos de cuerpo grande (.25 cm TL) a la protección a la pesca en las reserve y el acceso a los criaderos dependía de si habían utilizado criaderos cuando fueron peces jóvenes. En el caso de las especies que habían usado criaderos, la biomasa total fue significativamente mayor en las reservas (a comparación de las áreas de pesca) y cuando el acceso a los criaderos fue alto (en contraposición a las áreas aisladas de los criaderos) (Tabla 2, Fig. 3b).”
- “Apareció un patrón diferente en los peces de cuerpo más pequeño (#25 cm TL). La abundancia de las especies que utilizaban criaderos se asoció positivamente con la presencia de criaderos (Fig. 3b).”
- El estudio mostró una clara diferencia entre los efectos del hábitat de criadero en contraposición a la protección marina:
- Específicamente en el caso de los peces de cuerpo pequeño, la presencia del hábitat de criadero de manglares afectó de manera contundente el rendimiento de las pesquerías: “La proximidad de los hábitats de criaderos de manglares y praderas marinas fue mucho más contundente que los efectos de la protección de la pesca (es decir, el efecto de reserva) en el caso de los peces de las barreras de coral que utilizan criaderos de manglares y praderas marinas y cuyo cuerpo tiene una longitud de menos de 25 cm. Además, las reservas registraron una biomasa promedio un 21% menor en los peces pequeños a comparación de las áreas de pesca (al combinar ambos tratamientos de criadero), mientras que la presencia de la biomasa del hábitat de criadero a llevó a una biomasa un 249% más alta a comparación de las barreras de coral que no contaban con acceso a un hábitat de criadero cercano (combinando ambos tratamientos de protección)… El estudio indica que la magnitud de este efecto es tal que las áreas de pesca con acceso a criaderos pueden contar con poblaciones más contundentes (en este caso, dos veces y media mayor) de peces de cuerpo más pequeño que las reservas marinas que no cuentan acceso a criaderos”(3,4).
- Específicamente en el caso de los peces grandes, los datos del estudio indicaron que “… la presencia de criaderos y la protección de la pesca en las reservas tuvo un efecto agregado en la biomasa de las barreras de coral de peces grandes de criadero, y la presencia de la reserva tuvo un mayor aporte que la presencia del criadero. La protección de los individuos de mayor tamaño de las especies de criadero no debería quedar restringida a las áreas cercanas a los criaderos, aunque obtuvieron los mayores beneficios de la protección de las pesquerías cerca de los criaderos. Sin embargo, el acceso a los criaderos fortaleció la biomasa de las especies grandes de criadero en áreas con pesca al igual que en áreas de reserva”(4).
- Específicamente en el caso de las especies de peces que pertenecen a las familias de los roncos, pargos y peces loro, la biomasa “…fue mayor en las barreras de coral más cercanas a los criaderos, lo que resalta la importancia de la conectividad del ecosistema para la resistencia de las barreras de coral y el funcionamiento del ecosistema”(5).
- En conclusión, “La importancia relativa del hábitat de los criaderos y la presencia de reservas marinas en la estructura de la comunidad de los peces de las barreras de coral depende del tamaño de los peces y de si estos utilizan criaderos de manglares y praderas marinas. Los individuos de gran tamaño de las especies de criadero que se explotan comercialmente parecen ser susceptibles a la pesca de manera similar a otras especies y se benefician en su mayoría con la protección en las áreas cercanas a los criaderos. En el caso de los individuos pequeños de las especies de criadero, la presencia de un hábitat de criadero tuvo una incidencia mucho mayor que los efectos de la protección de la pesca de las reservas marinas. Este estudio muestra de qué forma la conectividad del ecosistema agrega un nivel adicional de complejidad al diseño y el funcionamiento de la reserva marina”(6).