Amenazas a los Manglares

“En años recientes, la más importante amenaza regional para los manglares es el desarrollo cada vez mayor de la industria turística, la contaminación causada por las aguas de escorrentía que contienen fertilizantes y pesticidas y el desechado inapropiado de la basura. La contaminación por petróleo no es un problema amplio en la región total, pero es una amenaza grave en Panamá debido a la gran cantidad de movimiento marítimo en el Canal de Panamá (Spalding et al. 1997, FAO 2007, pág. 34).

En otras áreas donde se construyen puertos de aguas profundas para transportar minerales, gas natural, petróleo, carbón y otros materiales contaminantes, la probabilidad de que se produjera un derrame de petróleo a causa del movimiento de navíos aumentó dramáticamente, así como la probabilidad de un derrame de materiales peligrosos. En pocas palabras, una vez que se produce el desarrollo, hay poco que pueda hacerse para mantener los ecosistemas costeros saludables y libres de contaminación. Por esa razón, deben medirse cuidadosamente los beneficios de todo desarrollo costero contra los costos de perder los sistemas de manglares funcionales y protectores.

Existen aproximadamente 70 especies de manglares en todo el mundo (Polidoro et al. 2010). Cuando las actividades tales como la tala de árboles, las granjas de camarón, la agricultura costera y los desarrollos hoteleros se valoran más que los servicios al ecosistema que proporcionan los manglares intactos, la primera y menos considerada víctima es la diversidad genética. Los árboles y sus especies asociadas (e.g., pájaros, serpientes, cangrejos) se pierden significativamente, así como los genotipos y fenotipos específicos que han evolucionado en los micro hábitats en todo el mundo para resistir a los insectos, las fluctuaciones de las mareas, los patrones de precipitación y la salinidad. Los manglares no son ecosistemas ricos en especies para empezar, en especial si los comparamos con otros bosques tropicales (Alongi 2002). Y en las áreas donde se intenta replantarlos, frecuentemente se hace con semillas de otras partes y con una sola especie, en lugar de la mezcla de especies que existía en un principio. Como indican Polidoro et al. (2010):

La proximidad de los manglares al océano los convierte en lugares ideales para las granjas de camarones y otros tipos de acuicultura salada. Más aun, son áreas ricas en nutrientes y parte de sistemas humedales más extensos, lo que los hace atractivos como zonas para la agricultura. Finalmente, estar áreas ubicadas cerca del mar son valoradas por la producción de sal. Como resultado, se limpiaron cientos de miles de hectáreas de bosques de manglares y se alteró su hidrología para intensificar la producción comercial de camarones y otras especies, cultivar productos agrícolas y crear estanques solares. Los delicados regímenes de mareas se interrumpen y se pierde el delicado equilibrio entre el agua dulce y el agua salada. Las intensivas operaciones de agua salada suelen, en la mayor parte de los casos, crearse para la exportación. Los camarones y otras especies creadas y cosechadas en estanques artificiales son alimentados con dietas específicas que suelen incluir químicos. Los nutrientes adicionales de la concentración del alimento y los animales causan la eutrofización, que daña los hábitats marinos circundantes al reducir los niveles de oxígeno y modificar las distribuciones de las especies. Los químicos ingresan a la cadena alimenticia y pueden dañar las especies cercanas. La actividad de las granjas de camarones sola es la responsable de la pérdida del 38% de los manglares saludables del mundo.

El cambio climático está causando dos efectos importantes en las costas del mundo. El nivel del mar sube y la composición química de los océanos se está modificando (IPCC 2007 y NRC 2011). Es altamente probable que el ritmo al que ocurre esto supere la capacidad de adaptación de los bosques de manglares y las especies que viven en ellos (Gilman et al. 2008).

La mayoría de los usos destructivos de los manglares exigen su remoción. Entre los motivos de la desforestación están el uso directo de la madera y los productos de las hojas de los manglares, el uso del hábitat de los humedales, o el rellenado y la conversión completa para el desarrollo urbano costero.

La desforestación para obtener combustible & leña produce la pérdida continua de aproximadamente el 26 por ciento de los manglares existentes (Valiela et al. 2001). La reforestación de los manglares ha tenido muy poco éxito, aunque tal vez los nuevos métodos basados en la hidrología sean más prometedores (Lewis & Gilmore 2007). Aun así, no podemos confiar en la reforestación para prevenir la pérdida de los manglares. Estos frágiles y raros ecosistemas se están perdiendo a una velocidad tan tremenda que los expertos en manglares predicen que, si no se producen cambios en los usos actuales, los manglares estarán funcionalmente extintos en menos de un siglo (Duke et al. 2007). Un mundo sin manglares significa un mundo sin la mayoría de las pesquerías, sin bioprotección de las tormentas y sin una gran variedad de aves y otras especies. La pérdida del hábitat único de los manglares pondría en peligro directo a más de un billón de seres humanos de la población mundial.